La isla Mundo (cuento)

Hace 500 años Pepín y Florinda se embarcaron en el barco Tierra con dirección a Isla Mundo, una isla pequeñita, al sur de África, donde se encontraba el mayor tesoro jamás guardado.

Después de una larga travesía, recorriendo varios países, con tormentas, pasando frío y calor, aventuras varias, llegaron a su destino, cuando desembarcaron vieron a lo lejos una estatua, se acercaron y al tocarla se quedaron boquiabiertos, pues era de carne y hueso, llevaba un turbante en la cabeza y una barita mágica en una mano, así que llegaron a la conclusión de que era un Mago. Intentaron despertarlo, sólo lo consiguieron con un hechizo que estaba escrito a sus pies, en un pergamino, decía así "1,2,3 despiértate" entonces el mago despertó, les dijo que su nombre era Paluca y venia del lejano oriente, entonces Pepín y Florinda le preguntaron por el tesoro y él respondió que estaba en un cofre al lado suyo pero el cofre tenia un conjuro y él no sabia abrirlo, necesitarían la ayuda de dos personajes que vivían en la isla, pero Paluca nunca había hablado con ellos puesto que no se entendían. Paluca les dijo que el conjuro estaba dividido en tres partes y él entregó la suya que decía "solo hay una raza".
Uno de los personajes que tenían que encontrar era una fantasma, tenía miedo de los niños y de las niñas, sólo salía si soplabas muy muy fuerte, entonces Florinda y Pepín soplaron con todas sus fuerzas y de repente la fantasma Catiwi, proveniente de la India se asomó asustada y con voz muy bajita les dijo la segunda parte del conjuro "debajo del sol".
Al tercer personaje lo encontraron dormido debajo de una palmera, se llamaba Antón y era de México, a él le pidieron la tercera parte del conjuro y encantado se la dio "es la raza humana de mas de un color".
Pepín y Florinda unieron las tres partes del conjuro "SOLO HAY UNA RAZA DEBAJO DEL SOL, ES LA RAZA HUMANA DE MAS DE UN COLOR" de repente el cofre se abrió, habían encontrado, por fin, el mejor de los tesoros " LOS DERECHOS HUMANOS" gracias a Pepín y Florinda los tres habitantes de Isla Mundo se entendieron, se ayudaron y nunca jamás volvieron a separarse.